Pensando...

La junta de todos los lunes es más larga de lo habitual: una tragedia; una niña borracha ha atropellado a un hombre que ahora agoniza en un hospital, ya con las piernas amputadas. La niña huyó. Está en casa, protegida, temiendo ir a la carcel por matar a un pobre hombre que ayudaba a un taquero afuera de un antro.

Pienso que no puede haber forma de que esa pobre niña pueda cerrar los ojos sin ver la cara del tipo que atropelló, pienso que ya debe estar pagándola y siento profunda compasión por ellan, no sé cómo puede soportarlo.

La junta termina y me dirijo a mi cuarto -Tal vez debería cenar- me digo. Reviso mi capital y corroboro que tengo el dinero suficiente para costear un manjar que conste de 250 ml de leche y unas canelitas. Está decidido: voy al Oxxo.

Bajo las escaleras, sin prisa. Pienso en ella y eso me provoca sierto letargo, como si no quisiera que el tiempo pasara pues cada minuto es un refuerzo de que no le importa mi existencia... y yo pienso en ella cada vez más frecuentemente. Es triste.

-Y si le mandara un mensaje?- Le valdría madre...- y sigo caminando.